Como periodista, quería cambiar el mundo. Después de más de una década en la industria, me desilusionié cuando me di cuenta de que la narrativa ofrecida por los medios de comunicación masivos no estaba ayudando a construir el mundo en el que quería vivir. También comprendí que al centrarse el discurso en lo que estaba mal en el mundo, era difícil lograr un cambio positivo, y en 2010 decidí dejar el periodismo.
Si queremos un mundo arraigado en el corazón, necesitamos líderes conectados con su corazón, tanto a nivel local como global. Por eso, para cambiar nuestro mundo, debemos cambiarnos a nosotros mismos; y para construir un futuro mejor, debemos enfocarnos en los más pequeños.
Decidí utilizar mi experiencia en comunicación para escribir libros infantiles que inspiren y empoderen a los niños, proporcionando herramientas espirituales para ayudarles a enfrentar los desafíos de la vida. Deseo que las historias llenen de confianza a los niños, asegurándoles que son realmente extraordinarios y especiales, incluso si a veces el mundo que los rodea les hace cuestionar quiénes son. Y en esos momentos, espero que estas historias les recuerden mantener sus corazones abiertos y confiar en sí mismos.
Los libros también están destinados a iniciar conversaciones con los adultos con quienes leen las historias (en casa o en la escuela), incorporando conceptos de evolución de conciencia desde una edad temprana.
Los niños no solo son extremadamente inteligentes, sino que también están naturalmente conectados con sus corazones. El propósito de estos libros es cultivar y fomentar esto aún más, haciendo accesibles temas que de otro modo podrían resultar demasiado abstractos para ellos. En el mundo adulto, las conversaciones sobre la evolución de conciencia están en plena floración. Estos libros tienen como objetivo incorporar suavemente a los niños en estas conversaciones.
Mi amor por la naturaleza se trasluce en mis libros. Mi pasión por viajar y proteger el medio ambiente me ha llevado a más de 40 países diferentes. He hecho trabajo voluntario con orangutanes en Borneo, he visitado un santuario de elefantes en Laos, me he dejado cautivar por Galápagos y he explorado la vida silvestre en África, incluyendo los gorilas de montaña.
Tengo un profundo amor y respeto por la naturaleza. No hay futuro sin naturaleza. No estamos separados de ella y no nos pertenece; somos parte de ella. Y al igual que Totó, si la escuchamos con el corazón abierto, las lecciones que podemos aprender son infinitas. La clave de la evolución humana depende de permitir que la naturaleza nos enseñe quién realmente somos.
